NUESTRA HISTORIA
TE DAMOS LA BIENVENIDA A THE BODY SHOP
Nuestra historia comienza en Brighton, Inglaterra, en 1976. Todo empezó con nuestra fundadora, Dame Anita Roddick, y su idea revolucionaria de que las empresas podían tener un impacto positivo en la sociedad y el planeta. Hemos mantenido su visión durante más de 40 años en los que nos hemos dedicado a romper las reglas, ser siempre sinceros y propiciar el cambio.
NO SOMOS UNA EMPRESA DE COSMÉTICA NORMAL
Cuando The Body Shop abrió sus puertas por primera vez en 1976, era una pequeña tienda de fachada verde en las calles de Brighton, Inglaterra. Su enfoque de la belleza era radicalmente diferente al de las grandes empresas del sector. Se propuso algo muy sencillo: obtener ingredientes naturales y éticos de todo el mundo y vender sus productos en envases sencillos y rellenables. Creó productos y rituales de belleza para todos los cuerpos que hacían que las mujeres se sintieran bien sin querer cambiar sus cuerpos.
PIONEROS DEL CAMBIO SOCIAL
Hace más de 40 años, este enfoque era realmente revolucionario. Con la pasión de Anita Roddick por el planeta y las causas justas, The Body Shop fue siempre mucho más que una marca de belleza. Tenía un propósito; los beneficios económicos y los principios éticos se unían en armonía. Nuestros productos nunca han sido testados en animales, y nunca hemos explotado a nadie para hacerlos. Trabajamos de forma justa con agricultores y proveedores, y ayudamos a que las comunidades prosperen con nuestro programa de Comercio Justo con Comunidades. Hoy en día, cada vez más marcas siguen nuestros pasos, y estamos encantados de que se unan a nuestro camino. El mundo lo necesita.
REDEFINIENDO LA BELLEZA
Cuando The Body Shop nació, la industria de la belleza tenía unas ideas bastante claras de cómo debían ser las niñas y las mujeres. Pero Anita también tenía las ideas claras. Ella defendía que la belleza era la fuente de alegría, comodidad y autoestima de las personas. Era eso que nos gustaba de nosotros mismos y nos hacía sentir bien. Anita estaba convencida de que sus productos de belleza eran un ritual diario de amor propio, sin las falsas promesas de adelgazamiento o rejuvenecimiento que tanto se usaban en la industria. Ella no quería crear productos que hicieran a las mujeres parecer aquello que no eran, sino ayudarlas a ser la mejor versión de ellas mismas.“Creo que todas las prácticas empresariales mejorarían enormemente si se rigieran por principios ‘femeninos’”.
Dame Anita Roddick - FUNDADORA DE THE BODY SHOP